Hace mucho que no te escribo. Y cuando digo 'te' digo 'me', y es que nunca encuentro motivos suficientes por los que empezar a decirme algo. Nunca me dedico mis escritos y creo que ya va siendo hora de decirme lo que siempre digo y nunca a mí. Así que...
Querida yo:
¿Cuántas veces has sido el impulso de tantos a los que quieres haciendo ver que el camino no es tan complicado como pensaban?¿Cuántas veces te has dejado la piel en sacar a los demás del pozo y has acabado por caer tú en él? ¿ Cuántas veces has dicho que lo que no da alegrías no tiene el derecho de dar penas?¿Cuántas veces has sido capaz de evitar desastres y dejar de lado el tuyo? ¿Cuántas noches has pasado consolando lágrimas que no te pertenecían y has acabado por hacerlas tuyas? ¿Cuántas veces has robado sonrisas sin consentimiento y te han pedido que nunca pares de hacerlo? ¿Cuántas veces has dicho ¡arriesga! y cuántas veces has arriesgado tú? ¿Eh? ¿Qué pasa contigo? ¿Por qué das consejos que luego eres incapaz de aplicarte? ¿Por qué ves soluciones a todos los problemas menos a los tuyos? ¿Por qué no arriesgas si no tienes nada que perder? Ahora es ese chico con la manía de agarrarse el corazón el que te tiene en un vaivén de olas, mareas y terremotos que nunca acaban, pero quién sabe qué será mañana lo que te quite el sueño. Déjate llevar, disfruta del momento, no contengas ni lágrimas, ni risas. Abraza sin pensar, besa sin temor, quiere de corazón. Como siempre lo has hecho, pero demuestralo. No sé desde cuándo tienes esa coraza encima, pero no deja mostrar todo lo que tienes, todo lo que eres. Eres más de lo que creen, y por supuesto más de lo que crees tú. Deja que pase, que simplemente pase, y no lo pienses tanto. Conquista y reconquista cada día a quien quieras mantener en tu vida, y a quien no, échalo. Y a quien quieras meter, ¡hazlo! No lo pienses más. Deja eso para otro día y actúa ya.
Querida yo, hoy empieza mi nuevo yo.
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