No sé lo que siento. Si felicidad, tristeza, nostalgia..
Yo, que siempre fui de esas personas con energía positiva, con grandes propósitos, con esperanzas e ilusión, y tú, que siempre me ayudaste a no perderlo nunca y ahora de una patada has hecho que todo se esfume. No es tu culpa, tampoco la mía, digamos que era lo que tenía que pasar, al fin y al cabo nunca fue todo bien desde el principio, empezó mal, y aunque yo tenía la esperanza de hacer que acabara bien... Cobardía, es lo único que me has demostrado después de todo. Sí, me has enseñado miles de cosas, me has enseñado a reír, a disfrutar, a correr, a no tener miedo, a saber protegerme, a aprovechar cada instante, pero la manera y el motivo por el que has decidido seguir tu camino sin mi compañía solo me demuestra cobardía. Lo siento si me confundo, pero ahora qué más da, nunca te ha importado lo que los demás hayan pensado de ti, pero en cambio si les has hecho caso cuando te han dicho cosas que nunca debiste creer, porque es lo que te ha llevado a esta situación. Después de todo sigo poniéndome en tu lugar y comprendiendo tu manera de actuar, y me duele, pero ¿sabes? Ya no me apetece ni llorar, ¿para qué? Sí sé que volverás diciéndome que me necesitas, que lo sientes y que nunca dejaste de quererme, pero ese día será cuando me haya dado cuenta de que nunca valoraste lo que tuviste. Y lo has conseguido, esta vez lo has conseguido. Has conseguido que ponga punto y final en esta historia.