.

.

15 enero, 2014

Ven, siéntate a mi lado

Qué me vas a contar.. Yo también he sentido como me hundía dentro de un pozo imaginario al que me habían tirado antes, hasta cuando las cosas me han ido bien. Parece mentira, ¿no? No es la primera vez que te sientes así, pero eres incapaz de darte cuenta de lo que hay detrás de esa inseguridad. Jode no poder disfrutar de los buenos momentos como se quisiera.
¿Qué te crees? ¿Que yo no tengo miedo?
No te lo tomes como frase hecha, tómatelo como realidad; eres lo mejor que me ha pasado nunca. Estas sensaciones que tú me provocas no sabía que existían hasta que apareciste tú. Una sonrisa jamás había tenido tanto efecto en mí. ¿Sonreír por un motivo? ¿Por uno? Contigo es imposible que haya un solo motivo por el que sonreír, porque van uno detrás de otro. Y sí, todo es muy bonito siempre solo al principio, pero algo me dice que lo nuestro siempre va a ser un solo principio. Ni cuentos, ni películas, ni dramas, ni novelas. Es nuestra propia historia. Nuestro propio principio.
Suena bien, ¿a que sí?
Escucha; yo tampoco quiero que salgan mal las cosas. Yo tampoco quiero volver a caer ni tampoco quiero ilusionarme poco a poco y desilusionarme de repente. No quiero que de un día para otro pasemos de ser uno a ser dos, desconocidos. No quiero que me digas: ¿te acuerdas cuando..? Porque no te quiero en recuerdo, te quiero en presente; ahora y siempre. Yo tampoco quiero ponernos en duda. Yo tampoco quiero perderte. Pero dime, ¿hay motivos por los que creer que va a salir mal?
Que ya lo sé. Que es tener la sensación de ahogo estando en el puto arrecife más grande que hayas podido pisar nunca. ¿Por qué? Pues porque siempre ha habido una ola más fuerte que tú y te ha tirado al agua sin salvavidas, pero esta vez la marea no alcanza. Esta vez estás a salvo. Esta vez es de verdad. Esta vez estás conmigo, esta vez estoy contigo, esta vez estamos juntos.