Ayer casi una hora... y dos, y tres, y cuatro. Y todas las que hagan falta me pasaría hablando contigo a las tantas de la madrugada para hacerte ver que las cosas son más fáciles de lo que parecen. Para que no pienses que la vida te castiga. Que quién castiga son las personas con hambre de venganza, y esas son las que tienes que alejar de tu vida, porque la única venganza que pueden utilizar es la venganza dulce, y tú ya sabes cual es y quién se venga con ella.
No me hace falta conocerte mucho más para saber lo que escondes debajo de ese cuerpo que me vuelve loca, aunque... Estoy deseando volver a ver esa carita, para que por esa boquita salgan palabras que me hagan saber más de ti. Porque me encanta escucharte, mirándote a los ojos, sonriendo porque me encantan los gestos que haces cuando me cuentas tus enfados con los profesores... Lo que más me gusta son esas arruguitas que marcan el principio y el final de cada una de tus sonrisas, que cuando estás conmigo sé que no son pocas.
Que nunca me hubiera imaginado que esto iba a pasar así... Siempre has sido mi primera atracción, pero nunca pensé que esto iba a pasar... Y ahora.. Conociéndote...Estando cada día un pasito más cerca de tu corazón me siento bien. Me siento diferente, más libre que nunca, más contenta que nunca.
¿Sabes? ¡Es que eres lo más bonito! Segundo a segundo me estás robando todas y cada una de las partes de mi corazón, y no paras de dar vueltas en mi cabeza, y no me dejas pensar en otra cosa que no seas tú.
Pienso en todo esto, y no sé que decir, me quedo callada y solo sonrío. Pero luego, cuando estoy contigo todo cambia... Cuando estás a menos de dos milímetros de mi boca mi corazón se acelera, mis labios sonríen, mi mente se libera y mis sentimientos te los quedas tú. Se me remueve todo por dentro y me salen solas las palabras. Ni siquiera las pienso, porque sé que lo que digo es lo que siento, y que lo que siento es de verdad.
Es que es como un cuento de dos niños tontitos, jugando a a ver quién aguanta más sin besar al otro o a provocar con el dedito. Que cuando nos juntamos no paramos de sonreír, por el único motivo que pueda haber, y ese motivo eres tú, al menos para mi. Es como si fuera nuestro propio cuento, pero no es un cuento cualquiera. Porque aquí no hay nada previsto... Los únicos personajes de esta historia somos tú y yo, nadie más que tú y yo. Y sabemos como empieza este cuento, y me encanta, pero no quiero saber el final, aún no. Quiero saber como sigue, ir descubriéndolo juntos poco a poco, y no sé si irá bien o irá mal, yo solo sé que ahora es lo que quiero, y que haré lo que sienta... Así que sin pensármelo dos veces me voy a dejar llevar.