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28 diciembre, 2012

Dedicado:

A ti, que has compartido los dieciséis años de tu vida conmigo. A ti, que me has dado más alegrías que penas. A ti, que me has enseñado a reír llorando, y a llorar riendo. A ti, que me has dado de tu imaginación cuando no supe qué imaginar, que me has dado tus fuerzas cuando no me he podido levantar. 

A ti, que me has abrazado cuando he necesitado cariño, y cuando no también. A ti, que me has regalado sonrisas y provocado carcajadas. A ti, que me has empujado cuando me ha hecho falta valor. A ti, por planear juntas nuestro futuro. A ti, que no te olvidas de mis fechas, a ti, que no te olvidas de mí. 


A ti, que me llamas a las tantas para saber si estoy bien. A ti, que remueves cielo y tierra por que por mi cara no caiga ni una lágrima. A ti, que te crees todas mis bromas. A ti, que me llevas, me acompañas y complementas mis nuestras vacaciones. 





A ti, que me animas. A ti, que me adoras y te adoro. A ti, que me das de tu locura cuando estoy seria, y me das de tu serenidad cuando.. Eso es, ¿cuando? Eso a tu lado no existe. 







A ti, que me aprecias. A ti, que me despiertas cada veinticinco de diciembre SOLO para contarme lo que te han dejado bajo el árbol y siempre olvidas que por mi casa no pasa el hombre del saco. A ti, que me consultas cada cosa antes de hacerla. A ti, que me pides consejos de todo tipo.
A ti, que me pides que te prepare y haga milagros con tu pelo. A ti, que te ríes cuando pongo caras raras. A ti, que me cuentas chistes MALOS sin importarte si me hacen gracia o no porque tú te vas a reír igual. A ti, por todos estos momentos. A ti, por los que quedan por vivir. A ti, por una vida juntas. A ti, sí, a ti; a mi mejor amiga.


Otra noche lejos de ti

Sentada en la silla de mi escritorio gris ceniza te pienso. A ti, a tus manías, a tus sonrisas y a nuestros momentos. Sí, como cada noche, pero esta más que nunca. No me preguntes por qué, quizá sea que cada día me gustas más, que cada día me haces más falta, que cada día es menos el tiempo que puedo pasar sin ti.
Las dos menos cinco de la madrugada y aquí sigo, escuchando canciones como todos pero no de la misma forma. No solo entran en mis oídos y me llenan por dentro, no. Me erizan la piel, cierro los ojos y me dejo llevar. Me dejo llevar hasta ese momento en el que me pierdo en tu sonrisa y me dejo caer al abismo sin pensarlo. Es entonces cuando mi corazón se acelera, mis labios se mueven formando una sonrisa que sé que sientes aunque no estés conmigo. Entonces me muerdo los labios, aprieto los puños, muevo la cabeza de un lado a otro y reviviendo ese momento un escalofrío recorre mi cuerpo y las cosquillas en el estómago se apoderan de mí. Vuelvo a sonreír y bufo. Sí, te necesito aquí. Como cada noche, como cada día. 
Miro mi cama: qué vacía está sin ti... Cierro los ojos y ahí te veo, abrazado a uno de mis peluches, abrazándome y acariciándome la cara. Mirándome a los ojos, y después de un beso en la frente desapareces. Yo vuelvo a cerrar los ojos, vuelvo a desearte con más ganas, vuelvo a morderme los labios y vuelvo a bufar. Abro los ojos y te vuelvo a desear. Y te deseo, y te deseo hasta quedarme dormida de hacerlo con tantas ganas. Y así es, otra noche lejos de ti.

27 diciembre, 2012

Melendi, grandes verdades.

Hoy le pido a mis sueños que te quiten la ropa, que conviertan en besos todos mis intentos de morderte la boca. Y aunque entiendo que tú, tú siempre tienes la última palabra en esto del amor yo hoy le pido a tu ángel de la guarda que comparta, que me de valor y arrojo en la batalla, pa’ ganarla...

Y es que yo no quiero pasar por tu vida como las modas. No se asuste señorita, nadie le ha hablado de boda. Yo tan solo quiero ser las cuatro patas de tu cama, tu guerra todas las noches, tu tregua cada mañana.

Quiero ser tu medicina, tus silencios y tus gritos. Tu ladrón, tu policía, tu jardín con enanitos quiero ser la escoba que en tu vida barra la tristeza, quiero ser tu incertidumbre y sobre todo tu certeza.

Hoy le pido a la luna que me alargue esta noche y que alumbre con fuerza este sentimiento y bailen los corazones.
Y aunque entiendo que tú serás siempre ese sueño que quizás nunca podré alcanzar yo hoy le pido a tu ángel de la guarda que comparta. Que me de valor y arrojo en la batalla, pa’ ganarla.
Quiero ser tu medicina, tus silencios y tus gritos tu ladrón, tu policía, tu jardín con enanitos quiero ser la escoba que en tu vida barra la tristeza quiero ser tu incertidumbre y sobre todo tu certeza.

Y es que yo quiero ser el que nunca olvida tu cumpleaños, quiero que seas mi rosa y mi espina aunque me hagas daño. Quiero ser tu carnaval, tus principios y tus finales quiero ser el mar dónde puedas ahogar todos tus males.

Quiero que seas mi tango de Gardel, mis octavillas, mi media luna de miel, mi blues, mi octava maravilla el baile de mi salón, la cremallera y los botones quiero que lleves tu falda y también mis pantalones.


Tu astronauta, el primer hombre que pise tu luna clavando una bandera de locura para pintar tu vida de color, de pasión, de sabor, de emoción y ternura sepa usted que yo ya no tengo cura sin tu amor.

06 diciembre, 2012

Confesiones

Tengo que confesarte una cosa. No digas nada, tú solo escucha, ¿vale? Déjame que acabe y luego dejaré que me plasmes tus ideas.
Bien... He conocido a un chico. Es alto, moreno, y de ojos verdes. Sí, el prototipo de chico que siempre quise. Pues bien, no te lo vas a creer pero yo no lo busqué. Yo no estaba a la espera de su aparición, no estaba a la espera de encontrar el amor. No le esperaba. Pero llegó. Llegó y le conocí.
La verdad es que ya éramos conocidos, pero nunca supe lo suficiente de él como para juzgarlo como persona, pero llegó. Llegó el día de conocerlo y... Y aquí estoy, aquí me ves. Colada hasta los trancas por él. Con sentimientos que nunca había sentido, con ilusiones que yo no he inventado sino que él me ha dado. Con fuerza, con ganas, con él.
Yo no sé si él habrá sido consciente de todo lo que ha conseguido, no sé si será consciente de cómo estoy yo, pero no te puedes ni imaginar lo que ha provocado este chico en mi. Lo que me ha enseñado, lo que me ha dado, cómo me ha cuidado.

¿Te acuerdas cuando mis amigas me llamaban princesa porque decían que lo tenía todo? Pues yo nunca creí que lo fuera, nunca creí que yo pudiera llegar a ser una princesa, y de hecho, sigo pensando del mismo modo. Pero ¿sabes? Ahora mis amigas han dejado de llamármelo y ha empezado a llamármelo él. Y no, no creas que he cambiado de opinión porque sea él quién me lo diga, no. Yo sé que no soy una princesa, aunque a todas horas me  lo llame; me lo escriba, o me lo susurre..

¿De qué sirven las palabras? Pues muchas veces de nada, porque el viento igual que las trae se las lleva, pero él las mantiene firmes en su pensamiento, en su palabra y cumple con ella. Es por eso que te digo que en mi realidad no fui una princesa, porque nunca llegué a tenerlo todo. Y es por eso por lo que me siento como una princesa, sin llegar a considerármelo, porque ahora lo tengo todo.
Si te digo que este chico me ha cambiado la vida no estoy exagerando. Si te digo que este chico que hace poco he conocido se ha metido en mi y se a adueñado de mis sentimientos no es nada nuevo. Pero.. ¿y si te digo que ese chico eres tú?, ¿me prometes pasar conmigo el resto de tus días?