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07 noviembre, 2011

Por fin todo cambia.



Hoy, he amanecido con un día oscuro. Por mi ventana a penas entraba luz, solo se colaban dos rayitos de luz anaranjada, eran las farolas, que siendo conscientes de que a penas alumbraran, estaban deseando que saliera el sol para dejar de trabajar.
Cuando he salido a la calle, las nubes estaban bajas, tanto, que parecía que estaba andando sobre ellas. Aunque, no es la primera vez que me siento de esa manera, ha sido una sensación muy agradable. Pero hoy me he dado cuenta de que siempre hay algo que puede hacer mejorar el momento, y aunque cuando ha mejorado ha sido rato después, he dejado de sentirme encima de las nubes para sentirme acunada en la luna. 

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