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03 noviembre, 2011

Y entonces aparece él

Hoy es un día de esos en los que te levantas sin ganas de hacer nada. En los que miras atrás y te arrepientes de tanto... De esos días en los que te das cuenta que vives más tiempo mirando atrás, o evitando el dar un paso de más hacia delante, y te olvidas del sitio donde estás.
Hoy es un día en el que solo te apetece encerrarte en tu habitación, escuchando música triste, apartada del mundo. Sintiéndote una mierda. Sintiéndote una mierda por un gran error que intentas borrar pero no encuentras la manera de hacerlo.
Hoy es un día en el que sientes que todo se te cae encima, que no te sientes con fuerzas de levantarte siquiera. En el que esa frase se te repite en la cabeza, una y otra vez... Ese día en el que solo quieres desaparecer, ¿sabes?. Desaparecer, mandar todo a la mierda y que todos se olviden de que existes... En el que no ves que camino tienes que seguir, en el que no ves luz..
5.25, suena el timbre. Es él, que te invita a salir de casa. Tú aceptas, bajas y ahí está él. Con su sonrisa, con su mirada interesante, con sus gestos peculiares, con su manera de hablar tan especial, con todas sus virtudes, y tu mente, automáticamente, da un vuelco de 180º en una milésima de segundo. La oscuridad deja de existir, las fuerzas aparecen, te centras en el presente, y vuelves a comprender que siempre hay un motivo por el que sonreír. Y ese motivo es él. Ese niño que te vuelve loca solo con mirarte. El que te regala sus sonrisas y te presta su alegría. El que te acaricia sin tocarte, el que te consuela sin hablarte, el que te sujeta sin agarrarte, el que te besa con mirarte. Ese niño que te quiere,que te quiere de verdad.

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