No me hago a la idea de perderte, de haberte perdido. Tan dura, tan fuerte como tú eras..
Me consuela saber que, aunque lo único que me quede sea tu recuerdo, ahora yaces tranquila y contenta. Te lo he visto en la cara. Ya era tu turno de descanso. Tantos años luchando en contra de todo lo que llevabas encima, hasta el final has estado fuerte.
Yo quiero ser como tú. Tan valiente, tan tú como eras. Que cuando todo vaya mal y me pregunten qué tal estoy contestar: Estar estoy, que no es poco. Con la tranquilidad que transmitías.
Que no. Que no me puedo creer que ya no te vaya a ver más sentada en frente del televisor viendo las mismas telenovelas de siempre. Que no me puedo imaginar una mañana de reyes comiendo migas en tu casa sin que estés tú. Que no.
Que ya no me voy a poder burlar de tu nariz, ni voy a poder hacer nada que me haga estar cerca de ti. Pero sí contigo, y es recordarte cada día tal y como has sido. Valiente, luchadora, y cabezona. Muuuuuy cabezona.
Que te lo merecías. Te merecías este descanso como nadie. Y que no te preocupes por nosotros, que vamos a estar bien. Que ya has hecho todo lo que tenías y podías hacer, y nos has dado con un canto en los dientes con tu valentía. Ahora tranquila y disfruta, que aunque tú descanses en paz, tu recuerdo nunca va a dejar de dar guerra.
Vamos a apostar por soñar, a dejar que el mar nos lleve juntos allí dónde pueda amarte. Vamos a empezar a viajar, a sentir la paz que guarda el mundo cuando comienzo a mirarte.
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19 noviembre, 2013
Siempre tú, siempre en mí
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