Ya no eres nadie. Ya no tienes nada que hacer. Has perdido todo lo que tenías, y has dejado de ser quién eras para mi. No creas que vas a sentirte mejor así, no. Quién se sentirá mejor seré yo. No te tengo, no comprendo el por qué, pero lo aceptare, y me haré a la idea, pero tú tampoco me tienes a mi, y deberías ser consciente de que no encontrarás a nadie que te cuide como lo hice yo, ni que te haga sentir lo que yo fui capaz de hacer. Nadie te dirá todo lo que yo un día te dije, ni te dará todo lo que yo un día te di. Tampoco habrá nadie que siga confiando en ti como lo hice yo después de todo. Puede que si haya quién te quiera más, menos o tanto como yo, pero NUNCA habrá quién te quiera como te quise yo. Vamos, que no encontrarás en nadie lo que encontraste en mi.
Seguiré sola, como tú.
Yo estoy bien, te olvidaré, lo sé, lo superaré, estoy segura, disfrutaré de cada detalle y soy consciente de que volveré a aprender a vivir sin ti.
Ya me he cansado de llorar, y me he cansado de sonreír por ti. Ya ni quiero que seas ni eres el motivo principal de mi sonrisa. Se acabó, ahora voy a soñar, con los ojos abiertos y con los ojos cerrados. Volveré a ser quién era para conocer a quién me quiera tal y como soy, y por encima de todo. A alguien capaz de dar la cara por mi hasta a su madre. Voy a ser yo. Voy a vivir.
Cerraré los ojos, me olvidaré de todo lo que te has llevado y dejaré lo que me diste, no lo necesito. Voy a ser feliz, porque sin ti he aprendido a volar sin alas.
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