Y llega un punto, dónde todo lo que te digan, no te entra por un oído y te sale por el otro, más que nada, porque ni siquiera llega a entrar.
Olvidas dónde estás, por quién estás así, cómo estás. Olvidas todo. Pero, sientes como hay algo que te persigue. Que no te deja en paz. Que no sabes lo que es, pero tampoco te apetece averiguarlo.
Intentas olvidarlo, hacer como que no está, pero paso a paso la molestia aumenta. No puedes dejar de pensar en.. En algo que ni siquiera sabes si existe...
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