Siempre digo lo que pienso y ahora me callo.. ¿Por miedo al rechazo? Quizá. Puede que sea porque sé cual es la respuesta... Pero es que cuando estás a punto siempre viene alguien y te lo quita de las manos. Tenía sus labios a menos de dos horas de distancia, tenía su cuello a menos de dos metros de tiempo... No sé que está pasando. No sé si es obsesión, vicio, o un simple capricho, pero ese niño me tiene hipnotizada. Le veo pasar y no aparto la mirada hasta que mis ojos no alcancen a verlo. Cierro los ojos y ahí está, aunque yo no lo quiera. No soy yo quién juega a ilusionarse, es la ilusión la que está jugando conmigo. Yo digo no quiero, y el no quiero dice yo. No lo entiendo, no lo entiendo ni yo. No sé qué pasa que ya no me controlo, que si pasa por delante, cierro los ojos y respiro el mismo aire que él, le siento tan cerca que el estómago se me encoje y la piel se me eriza. Y ahí está, otra vez la ilusión, riéndose de mi. Guardando el brillo de mis ojos cuando él se refleja en ellos para iluminarle los días oscuros. Que yo no quiero, pero no soy yo quién manda. Que es una lucha contra mi misma, y no hay manera de vencer. No sé si el sentimiento sería lo correcto hacia él, no sé si yo soy lo correcto para él. No sé si esto es lo correcto... Pero me da igual.
Vamos a apostar por soñar, a dejar que el mar nos lleve juntos allí dónde pueda amarte. Vamos a empezar a viajar, a sentir la paz que guarda el mundo cuando comienzo a mirarte.
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26 abril, 2012
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